El Matrimonio

No sabíamos que era tan difícil encontrar palabras o citas que hablen del matrimonio sin tintes negativos. Si buscas en la red encontrarás muchos dichos o proverbios sobre el tema pero, lo más habitual, es que quedes con la impresión de que al casarse, uno de los dos "pierde".
Y pierde lo que querais pensar, porque hay opiniones para todos los gustos. Desde la habitual perdida de libertad, la de acción y la ya famosa perdida de decisiones propias u opiniones distintas de uno de los conyuges. Además podemos descubrir fácilmente que para la gran mayoría de los autores, tanto de renombre como anónimos, el que pierde es el hombre. Es como si la mujer tomara las riendas de la vida de su marido y él tuviera que asentir todo cuanto ella habla, decide, hace.... a partir de su día de boda.

Y claro está, que para llevar a cabo esta hazaña que parece el casarse hoy en día, estamos dos. Y al menos en nuestro caso uno de ellos es hombre. El mundo manda mensajes negativos a aquellos hombres que deciden dar el paso. Incluso piensan que han sido arrastrados contra tu voluntad. Es como si miraran al chico y le dijeran con los ojos "huye tú que todavía puedes". Gracias a Dios éste no es nuestro caso, ni nuestros pensamientos van en esa dirección.

Estas lineas pretenden resaltar una idea que nos ha llamado la atención durante este periodo de primeras comunicaciones del enlace. No con amigos y familiares, que habitualmente y bromas aparte, se alegran por nosotros, sino con aquellos que no siendo tan cercanos llegan a saber de nuestros planes. Y es que, hoy por hoy, casarse no se lleva. Y mucho menos se está dispuesto a luchar por él.

El caso, es que no pensamos que esta sea nuestra situación y tampoco debemos caer en el pesimismo. Ya que, si han de llegar peores tiempos, ya lo harán solos. Ahora importa la ilusión de la novedad, la ilusión por dar "un nuevo paso", por una nueva forma de vida, por compartir cosas que habitualmente no compartías. Y al menos "nosotros queremos luchar por ello"

Aquellos que más nos conocéis sabéis que nos gustan mucho los cuentos y las historietas "con miga". Así que, para no defraudar, os ponemos a continuación una que hemos encontrado en uno de esos libros que "te hacen pensar" y que refleja uno de los temas que creemos más importantes para que una relación avance y no se rompa a las primeras de cambio; la sensación de asfixia que se suele dar en muchas parejas.

Esperamos que os guste tanto como a nosotros.

"¿Y qué nos dices del Matrimonio, Maestro?

Y él respondió, diciendo:
Habéis nacido juntos y juntos permaneceréis para todo y siempre. Juntos estaréis cuando las blancas alas de la muerte dispersen vuestros días.
Sí, juntos permaneceréis en la silenciosa memoria de Dios. Pero... que haya espacios en vuestra unión, y que los vientos del cielo dancen entre vosotros.

Amáos uno al otro, pero no hagáis del amor una traba: que sea más bien un mar bullente entre las playas de vuestras almas. Llenáos las copas el uno al otro, pero no bebáis en una sola copa. Compartid vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo. Bailad y cantad juntos y sed alegres; pero permitid que cada uno pueda estar solo, al igual que las cuerdas del láud están separadas y, no obstante, vibran con la misma armonía.

Daos vuestro corazón, pero no os lo entreguéis en custodia. Ya que sólo la mano de la Vida puede guardar vuestros corazones.

Vivid juntos, pero tampoco demasiado próximos; ya que los pilares se erigen a distancia, y la encina y el ciprés no crecen a la sombra uno del otro"

(G. K. Gibran, El profeta, Ed. Urano, Barcelona 1985, pp. 25-26)